Mis trabajos de la U
miércoles, 28 de septiembre de 2016
sábado, 2 de enero de 2016
Signs (Signos) de Patrick Hughes: Mis partes favoritas
Hoy quería buscar algo corto para verlo, asombrarme y compartir las frases que mas me gustaron. Encontré este cortometraje
Y vaya sorpresa, el cortometraje tiene casi ninguna frase pero me resultó absolutamente bello. Justo pensaba que muchas veces una frase no es tan alucinante por las letras que la componen sino por las imágenes, la música y las sensaciones que la acompañan. Signs es justamente eso. Así que como no hay dialogo, no hay frases para compartir pero aun les enseñare mis partes favoritas.
Espero que disfruten esos 12:12 minutos.
viernes, 1 de enero de 2016
El circo de la mariposa: Mis partes favoritas


Existe un peligro mayor en esta cuestión de aceptar las limitaciones de los demás. Algunas veces, tendemos a considerar como limitaciones las cualidades que son, en realidad, la fortaleza de otra persona.
—Y ahora damas y caballeros acérquense. Una perversión de la naturaleza, el hombre, si es que se le puede llamar así, al que el mismo dios le dio la espalada. Les presento ¡el hombre sin extremidades!
—Eres maravilloso
Samy: Soy Samy, ¿Tu cómo te llamas?
Will: Soy Will
Samy: Y ¿Dónde están tus brazos y piernas?
Ana: ¡Samy!
Samy: ¿Qué mamá? ¿Él va a ser parte del circo ahora?
Will: Quizá lo sea
Contorsionista: Espera un minuto, nosotros no tenemos un show de fenómenos.
Will: ¿A que te refieres? Todo circo tiene uno, la gente viene de todas partes para vernos
Mendez: Dime por qué vienen Will
...
Will: Pero el tuyo podría ser muy diferente
Mendez: No, no hay nada inspirado en las perfectas imperfecciones en este show.
— Damas y caballeros, niñas y niños, lo que este mundo necesita es un poco de magia
— Esplendido ¿No? Mira como se mueven, llenos de fuerza, color y gracia, son grandiosos. En cambio tú, maldito de nacimiento, un hombre si es que se le puede llamar así, a quien dios mismo le dio la espalada.
—¡Basta! ¿Por qué dices eso?
—Porque tu te lo creíste, pero si solo pudieras ver la belleza que puede tener la paciencia
—Pero ellos son diferentes a mi
—Si, tu tienes una ventaja, mientras más difícil, más grande es el triunfo
martes, 8 de diciembre de 2015
El trabajo y la enajenación de Karl Marx: Caso trabajadores Bogotá 2015
2.1 Pregunta
de investigación
Estudios muestran que las malas condiciones laborales a las que se ve
enfrentado un trabajador le producen anomalías tanto en su salud
personal como en su vida social. Es por ello, que en
el marco conceptual de enajenación para Karl Marx, surge esta pregunta,
¿Qué efectos tienen las malas condiciones laborales actuales en las relaciones sociales
y en el grado de comunicación del trabajador con su núcleo cercano, aplicado al
caso de trabajadores en Bogotá en el año 2015?
2.2 Objetivo General
Identificar
los efectos que tienen las condiciones laborales
actuales en las relaciones sociales y en el grado de comunicación del
trabajador con su núcleo cercano, aplicado al caso de trabajadores en Bogotá en
el año 2015
2.3 Objetivos específicos
Determinar
la incidencia que tienen las condiciones laborales de los trabajadores en su
núcleo social cercano
Determinar
la incidencia que tienen las condiciones laborales de los trabajadores en su
bienestar propio
3.
HIPÓTESIS
Larga jornada laboral, el salario, el riesgo laboral, el alto nivel de
esfuerzo físico y mental en el empleo de los trabajadores tienen efectos
negativos en las relaciones sociales y en el grado de comunicación del
trabajador con su núcleo cercano. Así, como en el tiempo que el trabajador
destina a otras actividades que propicien su bienestar como dormir la cantidad
de horas recomendadas por la OMS, la práctica de uno o varios hobbies y pertenecer
a un grupo social de forma activa. Esto lleva a al trabajador a tener un bajo
nivel de satisfacción con respecto a su empleo.
4.
JUSTIFICACIÓN
Se quiere corroborar que el
concepto de Enajenación de Karl Marx del siglo XIX se sigue reproduciendo en el
Siglo XXI en diferentes condiciones históricas (laborales y sociales). Además,
éstas tienen consecuencias en las relaciones sociales y en el grado de
comunicación del trabajador con su núcleo cercano. Esta investigación pretende
que las problemáticas en las relaciones sociales sean vistas desde una
perspectiva de enajenación.
Es importante realizar este estudio
porqué aportará fructíferamente a la percepción que tienen los trabajadores de
su vida laboral y social. Se realizará en la capital de Colombia, Bogotá,
porqué es la ciudad que presenta las mejores condiciones laborales
en comparación a las condiciones laborales del país.
Sin embargo, desde el concepto de enajenación ninguna condición laboral puede
ser adecuadas si salud personal y vida social del trabajador. Si se mide el
grado de incidencia de estas condiciones en la vida del trabajado se podrá cuestionar
la veracidad de estas condiciones catalogadas como buenas, es decir, este
estudio aportará a la discusión de la situación actual del trabajador en
Bogotá.
5.1
Concepto central: Enajenación

5.2 Dimensiones del
concepto central
5.2.1 El hombre se
enajena de los demás hombres
Por una parte, el hombre enajenado ve a los otros hombres como sus competidores, es decir, ya no le son cercanos por su condición humana sino pasan a ser rivales debido a que luchan por el mejor trabajo, por el mejor empleo, etc. Por otra parte, sus relaciones sociales naturales son desplazadas por el acto de trabajo y la prioridad que se le da a este.
5.2.2 El hombre se enajena con respecto a la
actividad que realiza
Esta forma de enajenación se produce en los obreros porque el trabajo que
realiza es ajeno a él. Su trabajo le limita y le reprime y en consecuencia no
puede desarrollas habilidades y talentos según sus gustos. El trabajador se
enajena y ya percibe estas condiciones de restricción como naturales, él mismo
solo se siente el cuándo está en su trabajo así este limite su esperanza de
vida y sus relaciones sociales.
Ver trabajo completo:
PDF - Trabajadores en Bogotá
Ver los datos de las encuestas realizadas Datos de las encuestas
Ver la matriz de indicadores y las preguntas de la encuesta Matriz de indicadores - Tipo de preguntas
Las estructuras agrarias de América Latina 1930-1990
Bryan Roberts y Norman Long las estructuras agrarias de América Latina
1930-1990
En Leslie
Bethell, historia de América latina. Vol.11
Barcelona:
Crítica, 1997
Bryan Roberts (1939) ha sido titular de la cátedra C.B. Smith de
Relaciones entre Estados Unidos y México, Universidad de Texas en Austin. Entre
sus otros escritos se encuentra La
educación y la ciudad de Guatemala (1971) y Ciudades de campesinos la economía política de la urbanización en el
tercer mundo (1980).
Norman Long (1936) es un científico social británico. Ha
contribuido al desarrollo de la antropología en Perú y es Doctor en
Antropología social de la Universidad de Manchester. Fue profesor de
antropología social en la Universidad de Durhan en Reino Unido y posteriormente
fue profesor de Desarrollo rural social en Wageningen
en Países Bajos. Entre sus otros escritos se
encuentra Social Change and the Individual: A Study of the
Social and Religious Responses to Innovation in a Zambian Rural Community (1968), Anthropology,
Development and Modernities: Exploring Discourses, Counter-Tendencies and
Violence (2000) y Development
Sociology (2001).
Roberts y Long han trabajado juntos en otros escritos
como Peasant Co-operation and Capitalist Expansion
in Central Peru (1978) y Miners,
Peasants and Entrepreneurs: Regional Development in the Central Highlands of
Peru (1984).

Los autores entienden
las estructuras agrarias no solo como el tipo dominante de agricultura, la
tenencia de la tierra y la tecnología allí empleada, consistía también en las
instituciones políticas y jurídicas que la sostienen, las relaciones entre lo
rural y lo urbano, estructuras comerciales, clases sociales y a veces, la
economía mundial (Roberts & Norman).
Para explicar el proceso
de cambio en las estructuras agrarias, los autores dividen el periodo estudiado
en tres secciones. La primera de los años treinta a los años cincuenta. La
segunda de los años sesenta y los años setenta. La tercera de los años ochenta y
los años noventa.
Es importante rescatar
que estos procesos no se generaron coordinadamente en América Latina, por
ejemplo, en la mayoría de países la industrialización se dio en los años
sesenta, pero en el Cono Sur inició en los treinta y en Centroamérica en los
setenta. Sin embargo, los tres periodos estudiados consiguen representar las
generalidades de las estructuras agrarias en la región.
En los años treinta, la
estructura del sector agrícola tenía una base familiar, es decir, en relación
con el trabajo se buscaba utilizar al máximo la fuerza laboral de todos los
miembros. Así mismo, muchos artículos, como la ropa, se fabricaban dentro del
núcleo familiar. Esto se encontraba en un marco descentralizado donde la identidad
regional constituía la base de las relaciones económicas y sociales. En este
mismo periodo, con la Segunda Guerra Mundial y la crisis económica que esta
produjo en la economía, se le otorgó especial importancia a la
industrialización. Para ello se buscó centralizar la política y la economía y
esto empezó a afectar incluso a las aéreas agrícolas menos comerciales (Roberts
& Norman), entonces, la mayoría de familias ya no vivían solo de la
agricultura sino también era necesario que algún miembro trabajara temporalmente
de forma asalariada. El estado no tiene participación profunda en las
estructuras agrarias de primer periodo.
En este periodo existían
cuatro tipos de estructuras agrarias las cuales se diferenciaban en la
producción exportadora, la diversidad de las relaciones laborales y la propiedad
del campo. Estas estructuras eran la estructura comercial a gran escala, la
producción de enclaves, la agricultura a pequeña escala y la agricultura de
subsistencia.
La estructura comercial
a gran escala se encontraba principalmente en la región del Cono Sur y en el
sur de Brasil. Este tipo de estructura estaba basada en la exportación lo que
la hacía vulnerable a las fluctuaciones del mercado internacional. Muchos inmigrantes
con tierra adquirían créditos para conseguir productos básicos entre cosecha y
cosecha, mientras otros inmigrantes eran trabajadores sin tierra. Ellos se
encontraban subordinados por el terrateniente. En general, los trabajadores de
este tipo de estructura se encontraban en malas condiciones de vida. La riqueza
y oportunidades no estaban bien distribuidas lo que dio lugar a huelgas y
protestas.
El enclave económico se
diferencia con la estructura comercial a gran escala por el grado de
producción. En esta estructura la propiedad pertenecía a compañías y
propietarios casi siempre extranjeros. Se ocupaban mayor cantidad de
trabajadores asalariados.
En la agricultura a
pequeña escala los dueños eran pequeños propietarios, en esta estructura la
base era familiar y el mercado era nacional o regional. El propietario
tiene un alto grado de control sobre su
producción, se establecen redes de comercialización locales que dan lugar a la
competencia comercial y con ello a la diferenciación social y económica. Este
grado de control se ve limitado porque muchos de ellos tenían que acceder al
crédito para subsistir entre cosecha y cosecha, además, los terratenientes
poseían la mejor tierra y monopolizaban el mercado.
La agricultura de
subsistencia estaba basada en una menor actividad comercial basada en un
sistema de haciendas. El terrateniente arrendaba la tierra o trabaja en parte
de ella, en este sistema el terrateniente tenía el poder político. Las
relaciones sociales estaban basadas en el conflicto entre el campesino y el
terrateniente, incluso entre los mismos campesinos. La mayoría de la población
rural en los países a excepción de Argentina se encontraba en esta estructura.
El proceso de
centralización agraria (extracción de la frontera y acumulación en el centro), el
crecimiento demográfico y la acumulación de tierras y capital en pocas manos produjo
condiciones de pobreza rural. En los años sesenta y setenta es donde se
evidencia un mayor interés estatal en el controlar esta condición no por si
mismos sino por el beneficios que esta representaba «La agricultura se
convirtió en una cuestión política importante; poderosos intereses económicos
urbanos, financieros, industriales y comerciantes dieron apoyo a la consigna
para la modernización agraria» (Roberts & Norman, p., 292). Por ello, en
doce países latinoamericanos se crearon políticas de reformas agrarias. La
reformas agrarias consistían en la expropiación de las grandes haciendas para
distribuir mejor el territorio, de esta
forma se utilizaba la tierra que antes estaba subutilizada y se obtenían
mayores beneficios. A su vez, esto pretendía aliviar la pobreza rural.
Aunque en países como
México, Bolivia y Venezuela se presentó una mayor distribución de la tierra,
los efectos redistributivos fueron insignificantes porque la política solo
ofrecía oportunidades para aquellos con accesibilidad económica que pudieran
tecnificar y estar sujetos las oportunidades y riesgos del mercado. De esta forma solo se beneficia sector de la
clase media y no a los trabajadores sin tierra con empleos temporales. Se
otorgaron créditos para que los trabajadores pudieran hacerlo pero estos eran
inadecuados, no estaban acorde a la realidad social y muchos pequeños productores al no poder tecnificarse caían en
ruina y tenía que vender su tierra o endeudarse «Este proceso ha sido llamado,
siguiendo a Lenin, la vía farmer de
desarrollo capitalista, que implica un proceso de diferenciación en que algunos
prospera, mientras otros pierden sus tierras y se convierten en trabajadores
sin tierra o emigran» (Roberts & Norman, p., 322). A su vez, la
industrialización empezaba a penetrar cada vez más en las estructuras agrarias,
los campesinos empezaron a ser dependientes de artículos industrializados como
el aceite, el azúcar, la sal, harinas, entre otros.
En conclusión, la
reforma agraria era favorecedora en la teoría pero no en la práctica. La
reforma que intentaba ayudar a sectores marginales terminó ayudando a una clase
menos desfavorecida.
Frente al fracaso de las
reformas agrarias, en los años ochenta, el interés del estado se alejó de las
políticas agrarias por los intereses propios de los funcionarios en el poder.
Además, con la crisis de la deuda en los años ochenta, el estado deja de dirigir
y controlar el desarrollo agrícola (Roberts & Norman). Como no hay la misma
inversión en el sector publico aumenta la pobreza rural. Se produce una
reorientación. Por una parte, surgen Organizaciones No Gubernamentales (ONG)
como Banco Mundial, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) las cuales
se preocupan e intentan ocuparse de la pobreza rural y el desempleo. Sin
embargo, estas organizaciones no reemplazaron significativamente al estado.
Por otro lado, como el
estado no controla el desarrollo agrícola son las multinacionales la única
posibilidad de inversión para el dicho desarrollo. En este periodo la
industrialización es más evidente y el sector agrícola es controlado por
compañías multinacionales enfocadas en la agroindustria. Cada vez más la
industrialización es lo más importe, para suplir las necesidades básicas los
trabajadores acuden al trabajo asalariado
La privatización y capitalización del desarrollo agrario puso en vías de
extinción la agricultura con base familiar.
La situación laboral
deteriorada y las tasas de desempleo en aumento generan condiciones en las
cuales se duda del control y la legitimad del estado.
Simultáneamente surge el
cultivo de la cocaína, que se vuelve el cultivo más viable, en algunos casos el único, por ejemplo,
reemplazó los cultivos importantes en Perú y Bolivia. Los intentos que los
gobiernos en conjunto con Estos Unidos tuvieron para controlarlo por medio de
cultivos alternativos fueron en vano.
La tendencia política
hacia la modernización altero el poder político (Roberts & Norman). Hay
procesos contradictorios e incertidumbre sobre el desarrollo agrícola. Estos
conflictos dan lugar a la acción de sindicatos obreros y campesinos.
«Que bonito es el campo, cuanto daría por irme de aquí, volver a mi tierra,
cultivarla y comer de nuevo de ella» dice mi abuelo de setenta y cinco años
mientras habla con memoria en la garganta y nostalgia en los ojos. Yo trato de
entender como ese famoso «desarrollo», término tan ambiguo y subjetivo,
trasformó y transforma radicalmente la forma en que miles de personas perciben,
conciben y se dan significación en el
mundo. Una significación siempre arraigada a la idea de tierra. Si bien no en todos
los países latinoamericanos se dio con la misma intensidad ni en el mismo
periodo, aplica para cualquiera que en el «desarrollo» no caben todos, ni
siquiera la mitad, ni siquiera en el siglo XX y ni siquiera en el XXI. Los que
caben muchas veces no están aquí y
los que lo permiten, muchas veces son quienes gobiernan. «Que bonito es el campo» y yo me pregunto cuán bonito
será cuando cada vez más el mercado sea su dueño.
Latinoamérica:Proyecto criollo, intervención estadounidense, dictaduras, populismos e izquierdas
XIX
y XX: La Latinoamérica de los llamados a ser y a hacer
«Si
buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo» Albert Einstein.
«La
realidad es un desafío. No estamos condenados a elegir entre lo mismo y lo
mismo» Eduardo Galeano
En
mi primera clase de Historia de América Latina del siglo XIX la docente pidió a
sus estudiantes definir a América Latina en tres palabras, así que tres
palabras ¿Saqueada? ¿Robada? ¿Extorsionada? ¿Masacrada? ¿Violentada? ¿Manipulada?
¿Olvidada? ¿Comprada? ¿Vendida? ¿Bella? Ó quizá, una frase «Un pueblo sin
piernas pero que camina» (Calle 13 en Latinoamérica, 2011).
Cuando
se define a América Latina, cuando se habla de sus historias y de sus procesos
¿Exactamente de que se habla? ¿Quién o quiénes lo han permitido? ¿De quienes
son los nombres en la historia? ¿Quiénes son los idóneos, ya sea por su
conocimiento, por su carisma o por su poder de generar terror y miedo, para
gobernar, para dirigir, para ser gestores del progreso y del orden? ¿Quiénes
son los llamados a ser y a hacer? ¿Cómo deben asegurar seguir siéndolo a
expensas de todo y todos? Y ¿Qué ocurre
con ese todos, ese pueblo y esos nombres que no aparecen en la historia ya sea
porque no quisieron/pudieron o simplemente porque los desaparecieron?
El
objetivo de este ensayo es evidenciar a grandes rasgos la Latinoamérica de los
llamados a ser y a hacer. Para ello se expondrá la historia de cinco casos, el
proyecto nación criollo del siglo XIX, las dictaduras, el populismo y las
izquierdas del siglo XX, y por supuesto, las intervenciones del más grande de
todos los llamados, Estados Unidos. Si bien, estas historias con frecuencia se
entrelazan, se tratarán separadas con fines metodológicos.
Después
de la, dudosa, independencia de la naciones latinoamericanas en el siglo XIX la
consolidación política estuvo a cargo de los criollos, que a su vez eran la élite
dominante, estos legitimaban su accionar en el discurso positivista y racial.
En este discurso, los criollos eran los idóneos para gobernar, puesto que aquel
que tiene el dominio de la ciencia y el conocimiento es el único que puede
curar los males de un pueblo enfermo
(Charles, H., 1990). Los criollos eran competentes para llevar a las nuevas
naciones al desarrollo, a la civilización, al mercado internacional. Por ello, se exportaba materia prima, se
buscaba atraer la inversión extranjera para el desarrollo, es decir,
infraestructura, ferrocarriles y arquitectura, todo esto con el fin de atraer
más inversión. También, se crearon constituciones que buscaban simbólicamente
representar las nuevas, libres y civilizadas naciones, sin embargo, «no era un
concepto que anidaba en las masas campesinas ni en la sociedad rural» (Gros
Espiell, H., Pág. 454, 2003).
En este mismo contexto decimonónico,
existían otros llamados a ser y a hacer. Los caudillos cumplen roles
importantes en las dinámicas sociales pero son motivados por sus aspiraciones
personales de ascensión social. El arte también quedó sesgado puesto que solo
aquellos que podían viajar a Europa a estudiar podían representar adecuadamente
temas como progreso, patriotismo y civilización.
Desde
el siglo XIX, Estados Unidos tuvo intervención en diferentes procesos latinoamericanos,
pero es en el siglo XX que esta intervención se agudiza con el discurso de ser
la nación llamada a proteger la paz, la soberanía y la democracia. Un ejemplo,
es el tercer artículo de la Enmienda Platt, en la cual Cuba permite la
intervención militar estadounidense «para la
conservación de la independencia cubana, el mantenimiento de un Gobierno
adecuado para la protección de vidas, propiedad y libertad individual y para
cumplir las obligaciones que, con respecto a Cuba, han sido impuestas a los
EE.UU.» (Ecured., s.f). Estados Unidos también tenía ese derecho en
otras naciones latinoamericanas, en especial en Centroamérica.
Después de la Gran
Guerra y la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ocupó el lugar hegemónico de
Gran Bretaña. Buscó el dominio de su «patio trasero» con políticas como la
Doctrina Monroe y posteriormente la Buena vecindad. Es importante tener buenos
vecinos, como lo dice Franklin D.
Roosevelt, para «prestar ayuda conjunta a
cualquiera de las hermanas repúblicas presa de pasajera calamidad», sobre todo en un escenario bélico mundial como el
que se presentaba.
Durante todo el siglo XX se
presentan múltiples intervenciones justificadas
de Estados Unidos a otras naciones, por ejemplo, cuando acusa a Venezuela, Ecuador y Bolivia de refugiar
terroristas, de entorpecer la lucha contra las drogas y de oponerse a la libre
empresa (Anderson, R, 1997).
El dominio que buscaba
Estados Unidos en Latinoamérica era tal, que gustaba de ayudar y financiar a
dictadores para que estos accedieran al poder, puesto que nada mejor que un
títere disfrazado de gobernante para respaldar los intereses de la gran nación.
Dictadores, otros llamados a
ser y a hacer que acceden al poder generalmente con golpes militares.
Dictaduras como la de Gerardo Machado y Fulgencio Batista en Cuba a inicios de
siglo XX justificaban su accionar en el discurso de ser los encargados de
recobrar y mantener el orden. Por
supuesto que para mantener el orden era necesario controlar la oposición con lo
cual se recurre a la opresión, represión, desaparición y el asesinato. Es el
accionar dictatorial legítimo debido al miedo y el temor que logran ejercer en
la población. Ejemplo de esto es el caso
Chileno con la dictadura de Augusto Pinochet en 1973, él es el llamado a
recuperar la economía chilena del mal manejo que daba su antecesor Salvador
Allende, como si históricamente la economía chilena no fuese fuerte debido a
los nitratos. Claramente, Pinochet debía recuperar el «modelo individualista, competitivo basado en el
culto del mercado y en la abolición de las conquistas sociales que habían
obtenido los pobres de Chile» (Vega, R., Pág. 458, 2015).
Otro de los llamados a ser y a hacer son
los populistas, surgen en dos periodos, el primero en 1930 y 1940 y el segundo en
1990 bajo el término «neopopulismo». Los populistas, o en su
defecto neopopulistas, son los llamados a recuperar y representar los intereses
del pueblo. Son los encargados de
resolver los problemas económicos, políticos y sociales de las naciones, es decir, responder a la crisis de
representatividad de los gobernantes de élite tradicional, recuperar la
economía de la crisis económica producida por la Gran Depresión, combatir el
desempleo y las desigualdades sociales de la clase menos favorecida, la cual
predominaba. Por ello adoptaron ideas
democráticas, antiimperialistas y nacionales, por supuesto esto en la teoría,
en el discurso. Su accionar lo legitimó su carisma, su personalidad y su
discurso vibrante. Lograron cooptar a las masas, al pueblo con una autentica
demagogia. Sin embargo, después de acceder al poder, con el paso del tiempo
adquieren rasgos autoritarios, corruptos y modifican las constituciones para
que no sean juzgados por dichos actos. «Los populistas, entregados
en un principio al pueblo, se configuraban ahora como reyes tiranos que
protagonizaban la concentración de poderes gubernamentales, el fomento de la
reducción de la descentralización de la autonomía para tomar decisiones
estatales y finalmente, la consecución de regímenes hiperpresidencialistas»
(Catillo, N., Pág. 2, 2015). Ejemplos de los llamados a ser y a hacer
populistas son Alberto Fujimori en Perú, Hugo Chávez en Venezuela; y
neopopulistas como, Álvaro Uribe Vélez en Colombia, Carlos Ibáñez del Campo en
Chile y Juan Domingo Perón en Argentina.
Con
respecto a las historias de izquierdas, también hay diferentes llamados a ser y
a hacer la revolución «La idea de progreso, de leyes que gobiernan el
desarrollo social, de la necesidad de una elite ilustrada, eran conceptos que
podían trasladarse con facilidad del positivismo del siglo XIX al comunismo del
XX. Tanto en el positivismo como en el comunismo se encomendaba a una elite
ilustrada el papel decisivo por ser el grupo más capacitado para interpretar
las leyes del progreso histórico» (Angell, A., Pág.
78, 1997). Las izquierdas a pesar de tener objetivos comunes y sociales no
tuvieron éxito y no lograron cooptar a las masas por dos razones. La primera,
se encontraban divididas. Existían opiniones opuestas en cuanto al fin y al
medio para hacer la revolución, es decir, cual era la forma adecuada, la vía
pacifica o la vía armada. Los diferentes
llamados a ser y a hacer la revolución luchaban internamente por defender una
posición que a su entender era la idónea, y esta lucha interna importó más que
la propia idea de cambio social. La segunda, no tenían bases solidas. Sus
bases, los trabajadores, representaban solo una pequeña parte de la población que
en su mayoría era campesina. No eran representantitos de la base popular «Se
les consideraba demasiado europeos, demasiado intelectuales y demasiado de
clase media» (Angell, A., Pág. 81, 1997).
Sin embargo, es importante no olvidar que en estas izquierdas
muchos hombres y mujeres normales, estudiantes, campesinos, obreros, creyeron y
lucharon por valores como igualdad, justicia y libertad. Lucharon por escribir
otra historia, por otra idea diferente de Latinoamérica, «Que creyeron en
nuestro país y en nuestra gente, y que por creer se jugaron la vida» (Galeano,
E., s.f). Es importante no olvidar que si no aparecen en la historia es por que
posiblemente los desaparecieron.
En la historia de América Latina hay muchos llamados a ser y a
hacer. En cada periodo, se encuentran llamados particulares en cada país,
instituciones como la iglesia y los militares. También, hay llamados a ser y a
hacer abstractos, como el liberalismo y el neoliberalismo. En sí mismos, los
llamados no deberían ser un problema en la historia latinoamericana. El
problema radica que la historia es solo de ellos porque el resto no tenían voz
ni participación real y a aquellos que la tenían les cortaban la lengua y también
las manos, por si acaso. Es evidente, que los llamados a ser y a hacer en la
historia latinoamericana cambian de rostro, de figura y de discurso según las
condiciones en las que se encuentren. Los criollos en el siglo XIX, dictaduras,
populismos e izquierdas en el siglo XX, intervencionismo extranjero en ambos siglos.
Es evidente desde el siglo XXI que esta situación se sigue reproduciendo. En
general, las condiciones siempre van a ser propicias para que nosotros, los
comunes y corrientes, estemos como ausentes a la merced de quienes escriben la
historia. Ese es el problema, estar como ausente. En otra reflexión yo
decía, en el «desarrollo» no
caben todos, ni siquiera la mitad, ni siquiera en el siglo XX y ni siquiera en
el XXI. Los que caben muchas veces no están aquí
y los que lo permiten, muchas veces son quienes gobiernan. Pero, ¿Quiénes permiten ese gobierno y esa forma de
gobernar? ¿Quiénes no se informan? ¿Quienes no actúan? ¿Quiénes no se
movilizan? ¿Quiénes no proponen? Es cierto que al intentar hacerlo las condiciones
serán duras, pero si no lo hacemos no nos arriesgamos a
escribir otra historia, a hacer las cosas de diferente manera para obtener
diferentes resultados. No hablo de hacer la revolución, hablo de ejercer un compromiso participativo
activo en lo que nos compromete, a nosotros y a los otros. No podemos permitir
que la identidad latinoamericana sea no tener una. Debemos construir una Latinoamérica
de todos y no estar como ausente en la Latinoamérica de los llamados a ser y a
hacer.
REFERENCIAS
Anderle, Adam. (1988) «El populismo». En Historia de
Iberoamérica, Tomo III. Madrid: Ediciones Cátedra.
Angell. Alan. (1997) «La izquierda en América Latina desde 1920»
En Bethell, Leslie Historia de América Latina. Vol. 12. Barcelona: Crítica.
Calle
13. (2011) «Latinoamérica» en Disco Entre
los que quieran. Puerto Rico: Sony.
Castillo,
Nicolás. (2015) Reseña Critica sobre Steve Ellner: «Hugo Chávez y Alberto
Fujimori: Análisis comparativo de dos variantes de Populismo». En: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=17710102 Luis Guillermo Patiño Aristizábal, Porfirio
Cardona Restrepo: «El neopopulismo: una aproximación al caso colombiano y
venezolano». En: http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/estudiospoliticos/article/view/2812.Mario Eduardo Poblete Vásquez: «Populismo
Latinoamericano: una perspectiva comparada».En: http://www.uvm.cl/csonline/2006_3/pdf/populismo%20comparado.pdf
EcuRed (S.f) Enmienda Platt. Recuperado el 24 de
noviembre de 2015 en http://www.ecured.cu/Enmienda_Platt
Galeano,
Eduardo (s.f) Abracadabra. Recuperado el 25 de noviembre de 2015 en http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-64375-2006-03-17.html
Gros Espiell, Héctor (2003) «Constitucionalismo y
codificación latinoamericanos: de la sociedad colonial a la sociedad
republicana» (Capitulo 18) En John Lombardi Historia general de América Latina
Volumen 5. Ediciones Unesco.
Hale, Charles (1990) «Ideas políticas y sociales en
America Latina, 1870 1930». En Leslie Bethell [editor]. Historia de America
Latina, Vol 8. Barcelona, Crítica.
Jacques,
Ranciere. (1992) «El rey muerto» en Los nombres de la historia: Una poética del
saber. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión
Lych, John. (1987) «Los caudillos de la independencia:
enemigos y agentes del estado nación » en John Lynch, Hispanoamérica 1750-1850:
Ensayos sobre la sociedad y el estado, Bogotá, Universidad Nacional.
Thorp, Rose Mary. (1997) Las economías
latinoamericanas 1929-1950. Bethell, Leslie Historia de América Latina. Vol.
11. Barcelona: Crítica,. Páginas 47-82.
Vega Cantor, Renán. (2015) «Contra la mercantilización de la
universidad: la rebelión de quienes no quieren ser clientes». En La universidad
de la ignorancia. Capitalismo académico y mercantilización de la educación
superior, Ediciones Ocean Sur, Páginas 442-501.
Vega Cantor, Renán. (2010)
«Amargo bicentenario de la independencia en Colombia. ¿Cuál independencia?». Casa
de las Américas, Núm. 59-60. Páginas 147-171.
Indicadores de pobreza en Colombia
El propósito de este
ensayo es revisar los indicadores existentes de pobreza en Colombia para
establecer si existe algún indicador que por sus características permite una
mejor medición de la pobreza. Posteriormente se expondrá la magnitud y
evolución de la pobreza en Colombia, esto en el periodo de 1997 a 2008-2010.
Finalmente se describirán las políticas públicas sociales que ha implementado
el estado colombiano para reducir la pobreza y analizaran las posibles
políticas que debe implementar el estado para reducir la pobreza en el
2014-2015.
Para realizar este ensayo se hizo uso de tres referencias. La primera es el
Índice
de Pobreza Multidimensional (IPM-Colombia) 1997-2008 y meta del PND para 2014
elaborado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP), la Dirección de
Desarrollo Social (DDS) y Subdirección
de Promoción Social y Calidad de Vida (SPSCV). La segunda es Índice de Pobreza
Multidimensional para Colombia (IPM-Colombia) 1997-2010 elaborado por Roberto
Carlos Angulo Salazar, Yadira Díaz Cuervo y Renata Pardo Pinzón. La tercera
Metodologías oficiales y arreglos institucionales para la medición de la
pobreza en Colombia realizado por el DNP.
En
Colombia existen índices que miden las condiciones de pobreza y condiciones de
bienestar estos son Necesidades básicas insatisfechas (NBI), el Índice de
condiciones de vida (ICV), el Índice de focalización del gasto social (SISBEN),
el Índice de desarrollo humano (IDH) y el Índice de oportunidades humanas. Solo
el NBI fue creado para la medición de pobreza. En algunos casos el ICV y el
SISBEN han sido adaptados para medir dicha condición de privación. Sin embargo,
estos índices son insuficientes porque solo calculan promedios y no incidencia,
adicionalmente carecen de vigencia. Por ello se desarrollo el Índice de Pobreza
Multidimensional para Colombia (IPM-Colombia) con la metodología de Alkire y
Foster (2007). Este índice es apropiado para el caso colombiano puesto que mide
la severidad y la brecha de la pobreza.
Entonces, el Colombia se manejan actualmente dos tipos de medición. La
medición directa que es el IPM y la medición de indirecta que mide la pobreza
monetaria con la Línea de pobreza (LP).
La LP se calcula teniendo en cuenta el ingreso per capita de la unidad de
gasto, es decir, que los ingresos que tiene determinado hogar son suficientes
para suplir las necesidades como la canasta básica de alimentos. En caso de que
los ingresos sean insuficientes el hogar será considerado pobre. El LP se hace
cada 10 años y se realiza por medio de una encuesta de ingresos y de gastos.
Por su parte, el IMP refleja distintos conjuntos de privaciones. Este
indicador mide cinco dimensiones que son: las condiciones educativas del hogar,
condiciones de la niñez y la juventud, la salud, el trabajo y el acceso a
servicios públicos domiciliarios y a las condiciones de pobreza. Entre las
cinco dimensiones hay un total de quince variables que buscan medir dichas
dimensiones. Este método mide por corte dual, es decir, mide privación en cada
dimensión y se tiene un número mínimo de
privaciones llamado K para considerársele pobre. Es decir, que un hogar es
pobre cuando sufre privaciones en al menos K dimensiones. El valor K asignado
es 33% según la ponderación de cada variable.
Ambos métodos se complementan con respecto a la medición de la pobreza sin
embargo el que se ajusta de una forma más efectiva a las particularidades de la
población colombiana es el IMP «Los indicadores de
brecha y severidad son especialmente útiles para Colombia, pues estos permiten
obtener información adicional sobre la profundidad y Magnitud de la pobreza,
facilitando la focalización de programas y políticas» (Angulo Salazar, Díaz
Cuervo Pardo Pinzón, Pág. 29). Es decir, este índice permite analizar múltiples
dimensiones de pobreza. Adicionalmente, permite operacionalizarse para la
construcción de políticas públicas, permite hacer seguimiento de las policías
públicas vigentes lo cual es útil para determinar si estas están funcionando o
es necesario redireccionarlas. También es más fácil para ser comprendida por
público no especializado y por ende facilita la rendición de cuentas.
Con respecto a la evolución de la pobreza en Colombia en el periodo de 1997
a 2008- 2010 se ha visto evolución positiva en la disminución y reducción de la
pobreza. En las gráficas presentadas por el DANE en todos los años ha sido más
incidente la pobreza rural de la urbana, sin embargo, como lo mencionaba
anteriormente se ha visto una reducción del -53% con respecto al -38%. Con
respecto a la intensidad total de pobreza en 1997 el 50% de los pobres tenía
privación media en 8 de 15 variables medidas por el IMP. Mientras en el 2010
son pobres 43% con una privación media en 6 de 15 variables. En la brecha en
1997 hay un enorme porcentaje de 22.9% mientras que en el 2010 se reduce a
9,3%. Con respecto a la severidad de la pobreza es evidente que la población
rural tiene el doble de severidad de población en condiciones de pobreza que la
población urbana aun así se presento un cambio del -61% frente al 59% en la
reducción de la severidad.
Es evidente con estos indicadores que la reducción de la pobreza ha sido
significativa en este periodo. Sin embargo, también hay que tener en cuenta las
condiciones de pobreza por regiones. Un problema frecuente de mi país es que
las zonas centrales como Bogotá y las zonas cercanas a esta tienen un mayor
desarrollo, como se dice coloquialmente Bogotá
es mundo y el resto de Colombia es otro. Este dicho aplica para la medición
de pobreza puesto que Bogotá tiene los índices más bajos de pobreza. Sus
alrededores como la región andina le siguen. Las regiones más pobres son
aquellas que se encuentran en la periferia. En primer lugar la región Atlántica
y en segundo la región Pacifica. Hay que tener en cuenta que hay zonas de
Colombia de las que no se tienen datos y por ende no se ha podido establecer su
condición pobreza. En estas últimas zonas es necesario trabajar.
Finalmente, se describirán las políticas públicas sociales que ha
implementado el estado colombiano para reducir la pobreza y analizaran las
posibles políticas que debe implementar el estado para reducir la pobreza en el
2014-2015. Con respecto a las políticas previas hay que tener en cuenta que
bajo el gobierno del presidente electo Juan Manuel Santos «El
Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2010-2014 “Prosperidad para todos” está
sustentado en tres pilares fundamentales; más empleo, menos pobreza y más
seguridad» (Conpes, Pág. 5). Con el fin de reducir la pobreza en este periodo
las políticas públicas sociales se han enfatizado en la educación, en combatir
el analfabetismo y propiciar que todos los niños asistan al colegio mejorando
la infraestructura de estos y haciendo que la educación sea gratuita. Durante
este gobierno, también se ha ampliado la Red Unidos y los planes de apoyo
familiar como familias en Acción. Se han entregado viviendas gratuitas a los
sectores más vulnerables. Dentro de este gobierno se han financiado algunos
hospitales que se encontraban a punto de cerrar.
Es
claro que se ha avanzado en los diferentes aspectos de pobreza multidimensional
en este gobierno. La pregunta es ¿Es suficiente?, para ello debe hacerse un
estudio más profundo sobre la inversión nacional y los beneficiados inmediatos.
No olvidando que la mayoría de políticas sociales debe siempre enfocarse a las
zonas más vulnerables, en el caso colombiano: la periferia como Atlántico y
Pacifico y las zonas rurales.
Referencias adicionales
Colombia
la paz ya viene, plan de gobierno las ideas de todos. Recuperado de http://www.santospresidente.com/media/cuadernillo-21MAY.pdf
el 4 de diciembre de 2015.
Etiquetas:
IMP para Colombia,
Trabajo de sociología
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