domingo, 10 de mayo de 2015

Historia urbana de Buenos Aires Siglo XIX


Rivadavia.1780-1845
Jefe De Estado
De Las Provincias Unidas Del Río De La Plata

Prósper Catelin.1764-1842.Arquitecto e ingeniero Francés

Portico De La Catedral De Buenos Aires

Manzana De Las Luces Vista Desde Arriba

Cementerio de la Recoleta

Puerto Buenos Aires

Ribera al sur del Fuerte a mediados del siglo XIX

Llegada de Inmigrantes, en barco a Buenos Aires.

Plan Haussmann - París

Torcuato De Alvear
Presidente De La Comision Muncipal De Buenos Aires
1880-1883

La Recova De Buenos Aires

Plaza De Mayo

Rue Reamur de París

Avenida de Mayo

Avenida Juan Justo en Buenos Aires-
Arroyo Maldonado

Buenos Aires Edificio Congreso Nacional


Desde las primeras décadas del siglo XIX, se fueron imponiendo nuevas ideas respecto al diseño urbano y las formas arquitectónicas como parte del proyecto más amplio que aspiraba a superar la herencia española.

Rivadavia viajo y permaneció 5 años en Francia e Inglaterra y tenia para su nación una perspectiva cultural ilustrada por ello en 1820 los primeros ingenieros franceses uno de ellos – Prosper Catelin un arquitecto e ingeniero -  es nombrado jefe de obras públicas, este le da a Buenos Aires los primeros toques franceses al diseñar y modificar estructuras como el Pórtico neoclásico de la catedral de Buenos Aires, la Manzana de las luces, la Catedral Metropolitana de Buenos Aires,  el Cementerio de la Recoleta. Rivadavia también crea el Departamento de Ingenieros donde las arquitecturas y las bellas artes tendrían corrientes principalmente francesas y el equipamiento y la infraestructura serian británicas. Todo esto para darle prestigio a la ciudad- puerto, lógicamente con fines económicos intrínsecos. Sin embargo, no había muchos recursos debido a la guerra, por ende esta primera arquitectura fue simbólica, lo que si ocurrió es que los comerciantes y políticos franceses e ingleses influyeron en un sentimiento antihispanico que tendría sus consecuencias más adelante. (Gutierrez, 1997, Pág. 391)

Durante la época de Rosas se viven conflictos con respecto de Buenos Aires y el resto de Argentina donde el urbanismo es escaso, y va a tener un boom cuando este conflicto la capitalización de Buenos Aires en 1880. Entonces a Buenos Aires se le quiere hacer una cosmopolita y para ello se maquillara la escenografía  y además habrá población europea que reemplazara la existente. (Gutierrez, 1997, Pág. 529).

Entonces, con la fisionomía de la ciudad pasaran cosas interesantes, por ejemplo veremos una fuerte corriente en obras neoclasicistas parisinas, de hecho en la escuela primaria los argentinos aprendían que Buenos Aires era la capital de América y Paris la capital del mundo. Como París estaba bajo el proyecto  Haussmann de Napoleon III, también se quiso remodelar la capital Argentina, es decir, cambiar la imagen aldeana y campesina con la justificación no solo estética sino funcional y higienista (por lo de la fiebre amarilla).(Gutierrez,1997, Pág. 530). El ideal era el de construir bulevares al estilo Haussmann en Paris, por ello Torcuato de Alvear –político conservador – ordena la demolición de la Recova (símbolo de la ciudad indiana y criolla)(se destruye y se construye a diferencia de la mayoría de ciudades latinoamericanas donde se construye en la periferia), y une las plaza de Mayo con la Lorea para formar el corazón urbano, se abre la Avenida de Mayo (Que de hecho es un diseño de la rue Reamur de Paris) y esta cuenta con edificios modernos y se instala el palacio de congreso. Esta zona va a funcionar como núcleo de poder económico, se realizaran actividades bancarias, clubs, compañías de seguros, representantes extranjeros, entre otros. (Gutierrez, 1997, Pag. 531).

Con respecto a la población, después de que la ciudad es nombrada capital crece de forma intensa por la migración de las zonas rurales a la capital, sigue un proceso de urbanización impactante con «35.000 habitantes en 1800, 174.000 en 1869 y cerca a un millón en 1900» (Gutiérrez, 1997, Pág. 529). Empiezan a vivir hasta cuatro personas por cuarto, y se hacen necesaria medidas de salubridad por ello los ríos y arroyos empezaron a ser entubados como en la Avenida Juan Justo en Buenos Aires.

El gran esplendor de esta capital entra en crisis en 1890, con la bancarrota financiera y el surgimiento de la oposición burguesa.

En conclusión «El derroche de recursos del país en la importación de elementos suntuarios, la especulación como modelo licito de enriquecimiento, la adopción de pautas de vida extremas, acompaño vitalmente el compromiso de que la imagen física de Buenos Aires no fuera meramente una escenografía urbana, sino el fiel reflejo y la protagonista esencial de generaciones extraviadas culturalmente» (Gutierrez, 1997, Pág. 532).

Fue la crisis de 1890 quien puso en evidencia la fragilidad económica del liberalismo especulativo y cuestiono la hegemonía de su conducción autocrática (Gutiérrez, 1997).

Bibliografía

Gutierrez, Ramon. Arquitectura y urbanismo en Iberoamérica. Madrid: Cátedra S.A, 1997.

Romero, J. L. (2005). Latinoamerica: Las ciudades y las ideas. Buenos Aires.





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